Un camino a seguir; un sueño que cumplir.

Un camino a seguir; un sueño que cumplir.

Nunca emprendí un camino que a la postre se me hiciera aburridamente pesado y, debido a tal hecho, deshacer lo andado para reiniciar la búsqueda por un nuevo derrotero, en la consecución de la meta predeterminada. A lo largo del camino, cualquier camino, siempre hay un motivo para recordar. Tal vez ese sea el motivo por el cual siempre seguí la senda escogida y nunca vi la necesidad de volver sobre mis pasos: la curiosidad por saber lo que me depara el final del recorrido es vital. Andando por esos periplos, siempre me resulta gratificante sentarme en los márgenes del camino, descansar y reflexionar; permanecer a la espera con todos los sentidos alerta y nutrirme del espacio circundante, unas veces nuevo, otras conocido, pero siempre gratificante. Cerrando los ojos,  dirijo la mirada hacia mi interior: mi mente despliega infinidad de matices y me  mimetizo con el entorno; esta premisa es fundamental en mi vida y, a partir de ese momento, los sueños hacen su aparición. Pienso en el respeto que me merece todo lo que me rodea y de este modo la felicidad, búsqueda primigenia de la naturaleza humana, hace mella en mí.

Milagrosamente, o no, los años dejaron aletargados en nuestra memoria infinidad de recuerdos; así, de improviso, se hacen presentes en  nuestra vida y, la mayoría de las veces, nos preguntamos qué habría ocurrido si… Recuerdos. Buenos, menos buenos; malos, menos malos; todos están ahí, escondidos en un rincón de nuestra memoria. Niñez, adolescencia, pubertad, madurez. Establezco un proceso selectivo. En cualquiera de los estadios nada es imposible; los sueños  aparecen. Años después, están ahí agazapados a la espera de ser recordados y…no me siento defraudado. Que son los recuerdos? Pienso. Pequeñas volutas luminosas que salen de nuestra memoria y nos inducen a reflexionar sobre el triunfo o  el fracaso en que se convirtió nuestra vida? Recios espantapájaros que deambulan en un momento determinado por nuestro cerebro, para interferir en nuestra vida y joder lo que considerábamos nuestra ejemplar y longeva existencia? Qué más da. Es otoño y… ya todo da igual. Interesadamente, cuando nuestra vida llega a esta estación, la memoria establece ese proceso que nos obliga a pensar que procedimos cual sentíamos y acotamos arbitrariamente los parámetros que nos llevan a pensar que un sueño determinado se cumplió. Haciendo honor a la verdad, nuestra mente es capaz de tergiversar la situación y enfocarla, después de los años, de forma distinta; en realidad, cuando reaparece, lo moldeamos; el hecho en cuestión se reconvierte libre del pecado de desidia y lo  valida  para que la negligencia en el momento de cumplirse, no haya sido baladí. Parafraseando a Calderón de la Barca, “los sueños, sueños son”; pero, es así como debemos plantearlos?; así de simple?. Tal y como los tiempos corren,  nos vemos obligados a sobrellevar la dramática carga en que se ha convertido nuestra existencia y los sueños, sin olvidar de que sueños son, deben estar presentes más que nunca en nuestras vidas. Satisfechos o no, quedan a nuestra merced y podemos hacer de ellos aquello para lo que en un principio fueron creados; o no?. De todos modos, los sueños, aligeran nuestra carga emocional en un momento determinado y sobrellevamos con más calma los momentos más duros de nuestra existencia. Me pregunto: qué son los sueños?: una simbiosis extraña y manipulable a partir de nuestros deseos que, lamentablemente, en su encuentro con todo aquello que nos rodea, suelen quedar aletargados en nuestra memoria? Concluyendo: todo sueño se cumple a partir de un propósito, aunque “los sueños, ahí es nada, sueños son”.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s