Alcanzaron una nube las notas de mi canción. Satisfecho me encontraba. Mientras, oía vibrar cada uno de los destellos de luz que, al paso del sol por las nubes, reverberaban en la inmensidad del espacio circundante. Allí, a su alrededor, se congregaron todas las almas que antaño conocí y disertaron sobre lo oportuno del momento en que sonaba. Me irrité; porque tal hecho, desvirtuaba cada uno de los pensamientos que circularon por mi mente en el momento que la compuse. Necio de mí: no supe comprender lo que ocurría hasta que, horas después, descendieron las notas hasta mi rostro, en forma de lluvia negra e inmisericorde.
Reblogueó esto en Carlotay comentado:
Pensamiento y madurez en las palabras siento.
Los años dejan huella pero también sabiduría. Es muy grato llegar lejos y poder llevar el mensaje de como ha de ser, un buen ser humano.
Gracias Carlota: es un honor.
Gracias, el honor es mío poder leer lo que escribes, no dejó de aprender. Un abrazo.