Es la raíz que gangrena la tierra;
raíz de ignorancia y maldad.
De la fe que se nutre con la sangre del inocente;
de rayos poderosos e inmisericordes
que golpean con crueldad la voluntad del débil,
y lo convierten en fuego abrasador de voluntades.
Es la raíz del mal.
Corroe las entrañas de la razón,
y da aliento a la voluntad del canalla;
extiende su cobardía por el mundo,
cuando del mundo, su sangre mama,
y nada es sin él.
Es la raíz del fracaso.
Nada somos sin aquello que debe ser:
nuestra voluntad por ser.
Cruel desengaño por la sin razón
cuando a la tierra, cansados, volvemos;
allí de donde, sin pedirlo, venimos.