Me encuentro al pairo de tu voz cuando murmura mil y una promesas. Tal vez sea mi ansia, tal vez mi inocencia; pero deduzco por tu mirada que, aquello que prometiste, quedó al margen de nuestros deseos y que el gesto evocador, fue el puñal que frustró nuestras ilusiones.
Ha sido corto el poema de la inocencia.
Quizá por eso he logrado entenderlo.
Tan lleno de sentido ha sido que mas palabras hubieran sobrado y yo me hubiera perdido en el.