Pobre infeliz. Toda tu vida empeñada en que la verdad brillara alrededor de tu imagen, limpia, serena, para llegar a convertirte en un simple mueble arrinconada en un viejo desván que, como tú, fue diseñado por el hombre a su imagen y semejanza, para enmascarar toda la mierda acumulada a lo largo de los siglos. Sucumbiste a la soberbia y perdiste tu dignidad. Te plegaste a los designios de unos cuantos depredadores de la bondad humana y perdiste tu balanza. Dejaste que lavaran tu cuerpo con el color del dinero y perdiste tu ropaje. ¿Que más te queda? Ya solo la venda vieja amiga. Una venda que temes te sea arrebatada, porque la mugre cubre tu rostro y la vergüenza anula tu existencia. ¡Qué gran verdad!¡Qué gran mentira amiga Justicia!.
Ha plasmado la vanidad tanto en la pintura cómo en la narrativa con mucha destreza.
Y sobre todo esa vanidad que no tolera el envejecer.
Una gran obra con su descripción.
Gracias Carlota: saludos.