Es más que una canción.
Permanezco expectante. Mi canto despliega un coro infinito de lamentos que acompañan la angustia en que se convierte la espera. Por fin apareces. Ocupas tu lugar en el foro y, como siempre, en la primera fila. Tu mirada, una vez más, se fija en mí y adivino el deseo en tus ojos. Acaricio la guitarra. Cierro los ojos. Palpo la desnudez de tu cuerpo al abrazarla y me pierdo extasiado entre sus notas mientras canto la excelencia de tu sensualidad. Las palabras surgen con fluidez ante el encanto de este sencillo acto. Perdido entre los recovecos de mi soledad, adivino como mueves nerviosa esas piernas largas y seductoras y los pliegues de tu falda se arremolinan poco a poco más arriba de tus rodillas; mientras, acaricias tus senos con estudiada lentitud. Los efluvios de tu desvario llegan a mí a través del aire que expele tu pecho generoso y mi corazón palpita descontrolado y mis manos tratan de acompasar el ritmo que él me impone. Noto la humedad de tu sexo entre mis dedos que se desplazan con languidez entre las cuerdas; pero las notas carecen de sentido porque sé que una vez más marcharás.
Deseo insatisfecho. Amor por aquello que escondes. Melodías preñadas de tristeza y desencanto ante el deseo frustrado por estar junto a ti y susurrarte al oído todo aquello que guardo en mi corazón tanto tiempo. Deseo comprender el porqué de tu presencia en mí y saber de mi existencia en ti. Ese será el momento en que mis canciones adquieran el sentido por el que fueron creadas.
Reblogueó esto en Carlotay comentado:
Preciosa.