Si recuerdas el dolor en que, allá,
perdido anduviste,
precisas saber del vacío cuando, un día,
todo perdiste.
Si existe en tu ánimo ofender, dolido,
por la palabra ausente,
de tus ojos la lágrima surja, al fin,
y riegue tu deseo, hiriente.
Si la paz buscas más allá, con anhelo,
por tu afán de ser,
cierra los ojos y mira, en tus entrañas,
como crece un nuevo ser.