…un día,
fue pasto del olvido.
Así, el olor del pan,
me acercó al recuerdo
del que mi mente huyó.
Años después,
aún conservo su sabor.
Aquel día,
la luz del sol imbuyó en mí la esperanza,
y rememoró cada uno de los recuerdos en que,
la muerte,
plagió cada estadio de mi vida.
Fingí no conocerla
y pasó cerca de mí, ingrávida,
henchida de oscuridad.